Postdata: A medianoche, caen las hojas

No quise creer cuando me lo contaste. Pero tampoco podía dudar de ti.

Ahora me encuentro frente a ti, observando esa fría lápida de piedra con tu nombre. Pienso que debería llorar, pero creo que ya me he lamentado mucho estas semanas por no haber podido darte el ánimo para continuar, la fuerza para seguir.

Coloco con suavidad el ramo de rosas sobre la losa que cubre tu tumba, mientras mis ojos se humedecen y derraman algunas lágrimas.

Recuerdo las últimas palabras que recibí de ti en esa fría terminal de computadora. "Justo ahora" escribiste, y no volviste a responder.

Desde ese día, escuche como enajenado la misma canción una y otra vez. Entraba a mis clases, pero no ponía atención por estar más ocupado atendiendo a la música en mi cabeza.

No te he conocido mucho tiempo, pero esto que siento es real. No, la vida no es un anime y las promesas ya están bastante desprestigiadas aquí. Aún así, me habría gustado intentarlo. Quizá por curiosidad habrías accedido. Ahora no podré saberlo.

Con la vista perdida en las letras grabadas en la lápida, inconscientemente tarareo aquella canción. He tomado la decisión, ya no me importa nada más. Quizá aun podría esperarme algo más en el mundo, pero me hice una promesa y pienso cumplirla.

Con la poca fuerza que me queda tras realizar el corte en mi muñeca, alimento la tierra que rodea tu sepulcro con mi sangre hasta caer desmayado.

He prometido estar a tu lado. He prometido pelear a tu lado.

Si tras la muerte solo existe la nada, en la nada te acompañaré.

Si tras la muerte aún hay algo más, que buscar tu Infierno para estar a tu lado se vuelva el mío.

Caen las Hojas
Anabantha

Caen las hojas, caen al fin
Y desde el cielo mi llanto
Miedo, me da miedo estar sin tí

Caen las hojas, caen al fin
Cae la tierra sobre tí
Sobre tu cadaver, mi existir

Y así llego el día de enterrarte
En este cementerio gris
Donde tantas veces hicimos el amor
Me siento extraño sin tu voz
Sin tí, sin tí mi vida se acabó
Y cada noche cortaré mis venas
Y regaré tu sepúlcro con mi sangre
Con mi sangre... con mi sangre

Y con sangre escribiré
El capítulo prohibido de este amor que invoque
Y con sangre pagaré
El precio de la muerte por estar donde estes
Y con sangre escribiré
El capítulo prohibido del amor que invoqué

Tengo una novia...

Tengo una novia que me acompaña todo el tiempo.

Donde sea que decida ir, ella va a mi lado. Donde sea que me detenga, ella permanece conmigo. Duerme junto a mi e inclusive me acompaña en mis clases.

A veces la amo, a veces la odio. Detesto que se entrometan cuando realmente quiero estar con ella, aunque a veces preferiría que se quedara en casa alguna vez mientras yo salgo.

Cuando canto, la mayoría de las veces es para ella y cuando escribo, es por la inspiración que me produce.

La verdad ya no sé si en realidad me quiere o si solo esta conmigo por costumbre, pero cualquiera que sea el caso ella nunca cesa en su labor de hacerme compañía.

Le he sido infiel algunas veces, pero siempre regreso con ella. Quizá sea el destino que ella es la mujer de mi vida.

Tengo una novia que me acompaña todo el tiempo. Su nombre es Soledad.

Log

Primer día. Hola. ¿Quien eres?. Recibí un correo tuyo, nada en especial, un correo masivo y esta a tu nombre. Pero no se quien eres. ¡Mira! Estas conectada en el mensajero. ¡Diablos! No me has querido decir. Tendré que rastrearte en Internet. ¿Eso te alegra?. Parece que sí.

Ya veo. Así que ahí fue cuando te conocí. Ya decía yo que era raro tenerte en la lista de contactos. Un gusto volverte a ver. Aunque antes te conociera prácticamente nada.

Tanto tiempo después, y apenas te empiezo a conocer. Es bueno, eres interesante. No, no me enamoraré de ti. Bueno, quizá un poco. Sólo lo suficiente para mantener la esperanza viva sin producir daño a largo plazo.

Segundo día, y me sigues hablando. Supongo que de alguna forma te he caído bien. Siempre creí ser alguien detestable. Quizá no sea cierto, eso subirá mi autoestima un poco. ¿Estas enferma?. Que mal. Deberías descansar. ¿Descansas mucho?. Me dejas sin palabras, quizá lo tomes a mal.

Tercer día. ¿Estas mejor?. ¡Bien!. Quizá en adelante ya no hablemos tan seguido. Hay que regresar a cumplir responsabilidades. Han sido tres días divertidos. Ojalá tuvieses una clon soltera por acá. Aunque eso no asegura que yo le agradara de esa forma. Ni modo, me conformaré con mirarte a lo lejos. Sigue luchando por tus ideales. Tus fantasías y tus sueños. No te rindas. Si me necesitas, aquí estaré.

Terror Nocturno

Abro los ojos solo un poco y miro a mi alrededor. El mismo desierto y oscuro paraje se extiende en la distancia. Hace ya varias eras que duermo dentro de este cuerpo putrefacto esperando tu regreso.

Es mi reino este que observo. Es el resultado de mi debilidad, de mi temor y mi ansiedad. Una infinito suelo inhabitable y un cielo eternamente oscurecido.

No tiene caso que permanezca despierto si tu no estas a mi lado para que con tu luz, me des la esperanza necesaria para restaurar este mundo; así que vuelvo a dormir mientras el otro en mi, retoma la conciencia para seguir con el circo de dolor.

Pero antes de cerrar por completo mis ojos, elevo mi voz al viento para que Heather guíe mis palabras a tu corazón:

Alma de mi alma.
Corazón de mi corazón.
Vida de mi vida.
Sueño de mi sueño.
Te quiero, KayLin.

Deja el pasado atrás y al frente el futuro. Donde espero en las sombras por tu llegada, mi princesa heredera.

Espacio en blanco

Elijo rápida y casi aleatoriamente a las quince personas que poblaran la página principal. Quiero suponer que al referirse a ellos como "principales" significa que deben ser aquellos que signifiquen algo importante para mí.

Me doy cuenta de que me hacen falta espacios. Ni modo, borro al que me parece menos importante de ellos. "Espero no se enoje".

"Esta mal" pienso al ver el resultado y empiezo a borrar a la mayoría. Mentalmente decido quienes deberían estar ahí, y los busco en la interminable lista. "Perdóname, primo".

En la primera fila quedan las cinco personas que tienen antigüedad, por decirlo de alguna forma. Después, aquellos que actualmente portan el rango más alto. "Bastante disparejo".

Al final, solo ocupe 9 espacios.

¿Porque no volví a llenar los quince espacios? Creí que lo mejor era procurar dejar al menos un espacio en blanco porque si un día de estos nos topamos, y nos conocemos, seguro querrás estar al menos entre esos quince.

Melancolía

Atormentado por las canciones que me hacen recordar mi infelicidad, he salido a buscarte.

Te he encontrado donde te dejé aquella noche, acompañada de aquel a quien más odio.

Me acerqué a ti, y suplicante te pedí me dejaras hacerte feliz.

Has derramado lágrimas, mientras nuestros cuerpos se acercaban más y más y mi mirada penetraba en tu alma.

Extraje el instrumento de entre mis ropas, y sin despegar mis ojos melancólicos de tu rostro lloroso, lo inserté en tu frágil cuerpo. Un gemido de dolor se escapó de tu dulces labios, mientras aquel cálido fluido emanaba de ti, manchando tus ropas y mi piel desnuda.

Me he levantado, dejando tu cuerpo inerte tirado en el suelo de l habitación, al lado del de tu amado. Tu sangre cubriendo mi mano y el cuchillo en ella, aún se siente tibia y no puedo contener la necesidad de probarla, de limpiarla con mi lengua.

Pensé que me sentiría mejor si te ayudaba como en los viejos tiempos. Te he liberado de tu dolorosa existencia, de aquella que siempre has lamentado. Deberías estar feliz y sin embargo no sonríes. Y yo, aquí parado contemplando la Luna a través de tu ventana me siento más melancólico al pensar que no te he sido más útil ni siquiera en el último momento.

Extraño aquella época en que sabíamos sonreír.

Extraño los momentos en que el tiempo se extendía infinitamente para nosotros y nuestras charlas.

Extraño la era que llegué a disfrutar a tu lado.

Extraño la vida que una vez tuve, antes de ser este amasijo de carne sanguinolenta que sostiene en su interior el alma de alguien que hace mucho olvido como vivir.